Continúa el debate entre investigadores en torno a la idoneidad de la agricultura de conservación para los agricultores de pequeña escala de África; los habitantes de las zonas rurales del continente padecen inseguridad alimentaria y ven como sus recursos se van deteriorando. ¿Cuál es el papel de la investigación sobre agricultura de conservación que el CIMMYT hace en África?
La agricultura de conservación (AC) se basa en tres principios básicos: remoción mínima el suelo, retención de residuos o rastrojos en la superficie del suelo y diversificación mediante la rotación de cultivos. A nivel mundial, las prácticas de la AC se aplican en 125 millones de hectáreas. Entre sus beneficios se cuentan los ahorros en costos de producción y menos deterioro del suelo, un uso más eficiente y eficaz de recursos como el agua y los fertilizantes, y un incremento general de la productividad en los sistemas de cultivo. Últimamente, los sistemas de AC han atraído de nuevo la atención de los científicos como parte de conceptos como los de la intensificación sostenible y ecológica y la agricultura climáticamente inteligente.
El creciente número de iniciativas del CIMMYT para promover la AC en África subsahariana empezó en un nodo regional en el sur de África en 2004, que después se implementó en África oriental en 2009 y, posteriormente, se expandió a otros lugares del continente. En África, la AC ha generado beneficios gracias a la considerable atención de los donadores y al llamamiento para atender múltiples problemas en materia de agricultura, como aquellos a causa de la presión del crecimiento de los asentamientos humanos, la disminución de la fertilidad del suelo, la baja productividad y las repercusiones negativas de la variabilidad climática.
Aunque la ciencia ha comprobado sus beneficios biofísicos y económicos en África, la adopción de la AC y su expansión espacial por parte de los agricultores son relativamente bajas, si se les compara con la aceptación que ha tenido en agroecologías similares en las Américas y Australia.
La falta de una adopción generalizada ha llevado a algunos investigadores a cuestionarse la utilidad de la AC para los agricultores de pequeña escala de África o la sensatez de invertir recursos para estudiarla y promoverla. Se ha creado una división entre los promotores y los detractores de la AC en la comunidad científica, que opaca la claridad del tema e impide una valoración imparcial de las oportunidades y las limitantes. Además de la incertidumbre, tenemos el hecho de hay poca investigación en África destinada a evaluar en qué lugares la AC podría generar el mejor impacto o, de manera más general, en qué lugares las condiciones son simplemente marginadas para los sistemas de producción de cualquier tipo.
DESPUÉS DE 10 AÑOS DE INVESTIGACIÓN, CREEMOS QUE ESTE ES UN MOMENTO CRÍTICO PARA HACER UN ANÁLISIS OBJETIVO DE DÓNDE NOS ENCONTRAMOS CON LA AC EN ÁFRICA. Concretamente respecto a: ¿Cuál es la ventaja comparativa del CIMMYT en la investigación y desarrollo de los sistemas de AC? ¿Seguir haciendo más de lo mismo —en este caso, los sistemas de labranza convencional— genera mejores resultados? ¿Hay alguna forma de agricultura alterna cuyas prácticas estén teniendo mayor y rápida o amplia aceptación que las de la AC? ¿Ganamos algo si perdemos nuestra ventaja comparativa como una institución científica internacional que promueve la AC y solo nos enfocamos en las “buenas prácticas agronómicas”?
Creemos que la AC tiene gran potencial para los pequeños agricultores de África subsahariana, pero que el CIMMYT y otras organizaciones quizá abordaron su estudio y promoción desde un ángulo equivocado. En particular, porque se le ha promovido en África como una opción para elevar los rendimientos. De hecho, los aumentos de rendimiento a corto plazo son algo que se puede logar, si hay una buena captación y retención de humedad, en ciclos de lluvias erráticas y sequía prolongada. Pero el aumento de los rendimientos bajo el régimen de la AC no suele darse de inmediato, sino que, por lo general, empieza a darse tras un periodo de dos a tres ciclos de cultivo. Las familias de los pequeños agricultores viven a menudo al borde de la inseguridad alimentaria, año tras año, y no están dispuestos a correr riesgos con innovaciones que eleven la productividad de sus sistemas solo a mediano plazo.
En cambio, la adopción de la AC fuera de África ha sido impulsada por los beneficios que produce, como el ahorro de energía, menos erosión, la posibilidad de sembrar a tiempo y una mejor eficiencia en el uso de agua y nutrientes. Además, quienes han adoptado ampliamente la AC han sido típicamente agricultores comerciales de gran escala que quieren ganancias mayores y sostenibles y, en consecuencia, formas de abatir costos. Entonces, ¿cómo puede aplicarse su experiencia positiva con los pequeños agricultores y utilizarse para identificar y promover los sistemas de AC en África?
EN NUESTRA OPINIÓN, CIMMYT Y SUS COLABORADORES DEBEN CENTRARSE EN (1) identificar los impulsores clave que han facilitado la adopción de la AC en varios países; y (2) delinear nichos en África donde estos impulsores están presentes, es decir, donde es probable que la AC sea la tecnología idónea. Para empezar, nos gustaría evaluar sitios donde:
- La energía para la agricultura es escasa o costosa (ya sea que la suministren motores, animales de tiro o trabajadores).
- La siembra oportuna es crucial, la degradación del suelo es extensiva y los factores climáticos desfavorables, comunes. (Este nicho podría ser mayor de lo que creemos.)
CREEMOS QUE CON DEMASIADA FRECUENCIA LOS PROBLEMAS DE ADOPCIÓN HAN SIDO CONFUNDIDOS CON BARRERAS. Se han invertido demasiado tiempo y esfuerzos en resaltar los problemas que surgen cuando se implementa la AC, en lugar de buscar formas de solucionarlos haciendo uso de innovaciones tecnológicas e institucionales, incluidos los acuerdos laborales entre múltiples actores. Además, creemos que se están siendo canalizando demasiados recursos a través de los Programas Global de Agricultura de Conservación y Socioeconomía del CIMMYT para hacer estudios de diagnóstico, sin inversiones similares en investigaciones aplicadas que generen innovaciones para enfrentar esos retos.
La investigación a futuro con agricultores y otros grupos interesados debe explorar oportunidades que garanticen que los sistemas de AC cubran las necesidades de los agricultores de pequeña escala. También debe orientar los principios y prácticas hacia zonas donde se esperan lograr los mayores beneficios.
En conclusión, creemos que SEGUIR HACIENDO LAS COSAS COMO SIEMPRE NO ES ACEPTABLE y que, en muchos lugares donde el CIMMYT trabaja, la AC TIENE DEMANDA para eliminar los cuellos de botella laborales, hacer las operaciones más oportunamente, controlar la erosión y hacer un uso más eficiente de agua y nutrientes. ¿Podemos hacer caso omiso de esta demanda? Desde luego que existen retos, pero la investigación – y la investigación internacional en particular – no tiene que concretarse a solo documentarlos, sino a dar soluciones.
PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTOS PUNTOS DE VISTA, SIGA PENDIENTE DE NUESTRA PRÓXIMA PUBLICACIÓN:
Baudron, F., Thierfelder, C., Nyagumbo, I., Gérard B., 2015. Where to target conservation agriculture? How to overcome challenges associated with its implementation? Experience from Eastern and Southern Africa. Se publicará (a principios de julio) en Environments.
Christian Thierfelder es agrónomo especialista en sistemas de producción del CIMMYT con base en Harare, Zimbabwe. Ha colaborado desde 2004 en proyectos de AC en Malawi, Mozambique, Zambia y Zimbabwe, y ha realizado investigación aplicada y estratégica en parcelas y estaciones destinada a adaptar la AC a las necesidades de los agricultores de pequeña escala en el sur de África. Ha sido asesor de 25 estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, y ha escrito y contribuido en más de 30 artículos científicos que han sido publicados en revistas arbitradas y libros.
Frédéric Baudron es agrónomo especialista en sistemas de producción del CIMMYT con base en Addis Abeba, Etiopía; estudió agronomía en zonas tropicales e hizo una especialización en ganadería. Trabajó en varios programas de desarrollo en la identificación de interfaces entre las personas (principalmente agricultores) y la vida silvestre. Tiene un doctorado en sistemas de producción agrícola. Entre los proyectos a su cargo se encuentran el de Mecanización Agrícola y Agricultura de Conservación para la Intensificación Sustentable (FACASI), implementado en Etiopía, Kenia, Tanzania y Zimbabwe.
Isaiah Nyagumbo es agrónomo especialista en sistemas de producción del CIMMYT con base en Harare, Zimbabwe. Ha trabajado en proyectos de captación de agua y conservación del suelo y fue de los pioneros en la agricultura de conservación con pequeños agricultores en Zimbabwe desde la década de los 90. Actualmente lidera el componente de agronomía coordinado por el CIMMYT y el programa regional patrocinado por ACIAR “Intensificación Sustentable de sistemas de maíz-leguminosas en África oriental y África austral (SIMLESA)” que opera en cinco países de dichas regiones. También ha publicado y contribuido en publicaciones científicas principalmente sobre agricultura de conservación, manejo de agua en la agricultura, recolección de agua y diseminación de tecnologías.